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¿Agua desalada? No, gracias.

Existen numerosas razones para oponerse al bombeo de agua desalada desde Carboneras:

-Falta de rentabilidad: tanto la iniciativa pública, representada por la empresa estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), como privada se han negado públicamente a financiar un proyecto que, rondando los 57 millones de euros, resulta de dudosa viabilidad.

En unas recientes jornadas sobre el agua, el propio representante de Acuamed manifestaba que en la actualidad no existe ningún proyecto para llevar agua desalada al Campo de Tabernas.

Igualmente, el Diario de Almería, bajo el título "Acuamed cierra el grifo", ya notició que no se prevé la realización de las obras.


-Corrupción: la cúpula directiva de Acuamed está siendo investigada por delitos medio-ambientales y fraudes millonarios relacionados con la construcción de obras hidráulicas que salpican a la provincia de Almería.


-Repercusión de los costes del agua: los costes de desalación y bombeo, según la Directiva Marco del Agua, habrían de ser repercutidos sobre los propios usuarios. El precio del agua se situaría por encima de 1€/m3, una suma que los pequeños agricultores de la zona no podrían pagar, siendo solo asequible para los grandes propietarios, causantes del problema. Las familias se verían obligadas a vender sus terrenos a empresas más grandes que puedan hacer frente a dichos costes, con el impacto social que todo ello conlleva: sistema agrícola oligárquico e insostenible, incremento de las desigualdades y colapso rural.


-Gestión mafiosa de las finanzas públicas: se estaría utilizando dinero público para paliar catástrofes causadas por el capital privado y las Administraciones.


-Usurpación de los bienes colectivos: los recursos hídricos serían sometidos a un estricto control empresarial: Gestión de Aguas del Levante Almeriense S.A y Acuamed, suponiendo un duro golpe para la soberanía rural y alimentaria.


-Aportaciones de agua insuficientes: tanto en el informe de Acuamed, de abril de 2008, como en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Paraje Natural Karst en Yesos de Sorbas, se indica que la desaladora de Carboneras podría incorporar al sistema un total de 8Hm3 anuales. Sin embargo, los últimos estudios hablan ya de un déficit que se aproxima a los 22,4 Hm3.

Además, la desalinizadora de Carboneras ya funciona al 100% de su capacidad. Los riegos de la zona de Murcia y el País Valencià se llevan todo el agua disponible, por lo que sería necesario ampliar la planta. El Acuífero, en situación crítica, no dispone de tiempo para un proyecto a tan largo plazo.


-Impacto ambiental injustificable: aumentar la capacidad de la planta desaladora implicaría un incremento en los vertidos de aguas residuales, detergentes, metales pesados y químicos, afectando a la biodiversidad marina, a los ciclos biogeoquímicos del litoral y a las actividades pesqueras. Así como un incremento en el consumo de energía que a su vez supondría un aumento de las emisiones de gases nocivos.


La propia Junta de Andalucía desaconseja la conducción de agua desalada en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Paraje Natural Karst en Yesos de Sorbas, publicado en el BOJA a finales de 2016:


"En el caso de los tipos de hábitats áridos resultaría muy crítica la llegada de agua desalada al entorno del Desierto de Tabernas, ya que ello representaría una gran presión agrícola e incluso urbanística sobre el espacio."

 

Si existiera una voluntad real para mantener el Acuífero en buen estado y se adaptaran las demandas a los recursos, es decir, se eliminaran los regadíos en super-intensivo, el problema sería resuelto de una forma justa y sostenible

 

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